2013-06-25

ANTIGUEDADES

       Cuando llegamos a Tiétar, allá por 1961, lo único que nos mantenía en contacto con el resto del mundo era la radio. 
      Las escasas emisoras que escuchábamos, nos hacían llegar las canciones de Manolo Escobar, Antonio Molina e innumerables coplas del momento y de años atrás. Sonaba la canción Chiquitina de Marisol. Empujando fuerte e intentando abrirse paso entre ellos, venían El Duo Dinámico, Los 5 Latinos, Elvis Presley, Los Pekenikes y otros numerosos grupos y cantantes de lo que se había dado en llamar la Canción Moderna.  
     La radio o "arradio" como decía la gente, era el medio de comunicación y entretenimiento más popular del momento.  El consultorio de "Elena Francis" y los programas de "Discos Dedicados" eran otros de los platos fuertes de la radio. 


   Estos "arradios", a los que se conectaba una antena, en forma de muelle largo, que recorría gran parte del salón de las casas, eran el centro de numerosas reuniones de mujeres que, cada tarde, sentadas a su alrededor escuchaban los seriales o "la novelas", como a ellas les gustaba decir.
     ¿Qué mujer no zurció, cosió, bordó o hizo ganchillo mientras escuchaba, antentamente, "Matilde, Perico y Periquín", "Lucecita", "Ama Rosa", "Un Arrabal junto al cielo", "Fray Martín de Porres (Fray Escoba)", "La Intrusa", "El Clavo" o "Simplemente María"? 
  
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     Los más jóvenes buscábamos otras actividades de ocio y entretenimiento. A pesar de ello, muchas tardes, sentados junto a nuestras madres y vecinas, escuchando las novelas, no nos quedó más remedio que tragarnos el nudo que se nos formó en la garganta, junto con el pan y el chocolate de la merienda. ¡Aquellas voces y aquellos personajes tenían algo que te enganchaba! 
     Los domingos, lo habitual era que se celebrara baile, con orquesta, en algunas de las pistas del pueblo. Cuando esto fallaba por algún motivo o era sábado, día en el que no había baile, éste se realizaba, con un tocadisco, en el teleclub, montado en el salón parroquial, tiempo atrás, por don Emilio.
  A veces, buscábamos algo más de intimidad y si nuestros padres nos dejaban, celebrábamos algún guateque en nuestras casas. El tocadiscos, los discos del momento y algo para beber era lo habitual en este tipo de eventos. 
     Estas carátulas de disco son algunas de las que hubo en el Teleclub de Tiétar. ¡¡Ya tienen años!! 





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     ¡Los discos de Mirinda! Yo jugaba con ventaja. Como mi padre tenía uno de los bares del pueblo, pronto reuní todas las chapas necesarias para hacerme con la colección completa de discos, pues, entre las que yo me bebía y las que los clientes dejaban por el suelo del bar, la tarea no fue muy difícil.  
     Éste es uno de los que aun conservo de aquella colección


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     De aquel bar, coservo también esta lista de precios fechada en septiembre de 1971. Echad un vistazo. Una cerveza de 1/3 o un refresco costaban 8 pts. (5 cénts. de euro). Lo más caro era una botella de champán que costaba 100 pts. (60 cénts. de euro). ¡Quién los pillara hoy!




     A continuación, os dejo unas cuántas fotografías, obtenidas en internet, de objetos y juegos propios de los bares de aquellos años que seguro os traerán gratos recuerdos.    















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     En Tiétar, el cine estuvo, casi siempre,  a cargo de Luis, empresario del gremio, de la cercana localidad de Talayuela, que cada domingo, en su biscúter, se trasladaba a nuestro pueblo para proyectar, primero en casa de Inocencio y después en casa de los Bohonalos, las películas del momento.
      




     La televisión fue, sin ningún lugar a dudas, la gran revolución de aquellos años. Aunque en España comenzó sus emisiones en 1956, es obvio, que a los pueblos tardó en llegar, de forma generalizada, varios años. En Tiétar, la primera televisión de la que se tiene constancia, fue la de Maxi, en su cantina. Fue allá por los primeros meses de 1964, ya que en junio, de ese mismo año, pudimos ver en ella, el famoso gol de Marcelino a Rusia y a España  como campeona de Europa por primera vez en su historia. 



      En la televisión vimos muchas cosas. Nos pusimos al día sobre lo que pasaba en el resto de España y poco a poco sobre lo que sucedía en el resto del mundo. Para los niños también se crearon cantidad de programas, pero cuando llegaba la noche, la propia televisión nos mandaba a la cama.  Sé que todo el mundo recuerda los muchecos de la familia Telerín cantando el ...Vamos a la cama... que hay que descansar...  pero ¿Cuánto tiempo hacía que no veíais este precioso reloj?  ¡¡Yo tuve uno!!  Si girabas la cuerda pasaban los muñecos. ¡Aquello si que era tecnología punta!



2013-06-12

REINAS, DAMAS Y COMISIONES DE FESTEJOS

 
 
     Desde aquellos primeros años, cada vez que se aproximaban las fechas de las fiestas de nuestro pueblo, se constituía la pertinente comisión de festejos encargada de organizar todas las actividades a celebrar durante esos días. Al igual que en la actualidad, se elegían la reina de las fiestas y sus damas de honor. La gran diferencia radica en el color de las fotografías, entonces, casi siempre, en blanco y negro.
   A continuación os dejo unas cuantas fotografías de aquellos tiempos.





























   

2013-06-02

PÁGINAS DEL LIBRO: De 092 a 105


     Con el paso de los años miro hacia atrás y veo a un niño al que en algunas ocasiones montaban en un caballo blanco, otras, en un burro, y, la mayoría, en un carro, para llevarlo al colegio. Eran los primeros días de mi estancia en Tiétar. Las escuelas aun no se habían terminado de construir y las únicas clases que recibíamos un grupo muy reducido de niños, las impartía, en su casa en las afueras del pueblo, una maestra, sin plaza, esposa del Guarda Caminero. Mis padres y mis hermanos, para ir a trabajar a la parcela, tenían que pasar por su puerta. Cada día, alguno de ellos, realizaba la tarea de dejarme y de recogerme.
     Aquel fué el primer colegio que hubo en nuestro pueblo y nosotros los primeros alumnos. No recuerdo quiénes fueron mis compañeros de clase ni tampoco lo que aprendimos, pero sí recuerdo que yo tuve la gran suerte de que algunas veces me llevaran, a aquel colegio, montado en un caballo blanco llamado "Cano".